Encuentro cartas de Dios tiradas por la calle y su firma en cada una, y las dejo donde están porque sé que dondequiera que vaya otras llegarán puntualmente.
(Walt Whitman)
 
 
 

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Enciclopedia teológica

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Jesús: biografía de un revolucionario
Quique Sáez Palazón

La búsqueda del Jesús histórico sigue abierta a pesar de la concreción dogmática de Calcedonia (este concilio concreta la fe cristiana oficial en la afirmación de su doble naturaleza humana y divina). El libro de Crossan es ante todo brillante, incluso podríamos calificarlo a veces de curioso y capaz de sorprender tanto al erudito como al profano. Haciendo siempre un riguroso uso de las disciplinas intrahistóricas (especialmente la sociología y la antropología) nos presenta a un Jesús campesino, analfabeto, reacio a la urbe y emparentado con los cínicos: su aldea estaba lo bastante cerca de una ciudad grecorromana (Séforis) como para recibir esta influencia; igualmente se puede establecer un paralelismo entre el mensaje opuesto a los convencionalismos y postulador de la libertad interior propuesto por los cínicos y el fuerte componente social e igualitario que conlleva la predicación del Reino.

Crossan distingue los hechos reales del texto narrado. Este está redactado por el grupo más culto de sus seguidores y busca una justificación en las Sagradas Escrituras de lo ocurrido. A esta búsqueda la llama Pasión profética, entendida esta como una navegación no hacia el futuro sino para intentar entender el pasado. El material elaborado utiliza por tanto textos bíblicos como Lev 16, Zc 3, Is 50 o la misma Misná. Lo que Crossan aporta es que estos textos se ven perfectamente laminados en un apócrifo: la Epístola a Bernabé. Y esta es una de las constantes del libro: poner en sus interpretaciones al mismo lugar los textos canónicos que los apócrifos –con las dificultades exegéticas que esto supone.

Entre sus estudios más interesantes, por justificar el carácter subversivo de la figura de Jesús encontramos por ejemplo el de Mc 10, 13-16 (... dejad que los niños se acerquen a mí) donde se vislumbra un gesto de adopción a niños marginados; la de Mc 5, 1-17 (el endemoniado de Gerasa) vista con un claro simbolismo entre la posesión y la realidad del poder romano –el demonio es uno y muchos- o la del grano de mostaza entendida como plaga posible de un árbol de crecimiento rápido y peligroso para los campos de trigo y cuyas aves en vez de contempladas bajo una imagen idílica agravan el peligro del sembrado, se interpreta que la propagación del Reino será igual de peligrosa. Las parábolas de invitación al banquete también se entienden en esta clave de conflicto social.

Sorprendente es su capítulo dedicado a la crucifixión y al entierro: El ser colgado del madero no comporta principalmente la muerte sino la deshonra y el escarmiento, pero más aún: podía ya estar muerto antes. La cruz junto con la hoguera y las fieras eran las tres penas romanas más temidas por lo que después ocurría con el cuerpo (quedaba en manos de las aves y las alimañas). En cuanto a la figura de José de Arimatea (un rico influyente y con poder para alterar lo administrativo) carece por completo de base histórica, lo más probable es que Jesús, si fue enterrado, hubiera sido por sus enemigos, ni mucho menos por los suyos. De suceder este entierro –afirma Crossan- casi con seguridad que sería una tumba poco profunda y accesible a los perros hambrientos u otros animales.

Crossan es un buen exponente de la nueva exégesis norteamericana, su libro –de gran impacto editorial en su país- es en muchos momentos provocativo. Recomiendo su lectura como un interesante contraste con otras visiones. Las críticas a este libro procederían desde el frente precisamente reivindicado por Crossan, el de la historicidad. Las equiparación de las fuentes apócrifas con las canónicas (Evangelios del Nuevo testamento) es discutible. Los datos sobre la pasión adolecen de poca verosimilitud. Que Jesús fuera un campesino poco letrado no resiste el contraste de su predicación con los paralelos bíblicos. Aún con todo, esta visión provocativa es muy sugerente por mantener abierta la pluralidad interpretativa de la vida de Jesús. En esta capacidad de ser interpretado de tantas formas, Jesús sigue despertando una más que curiosa pasión.

BIBLIOGRAFÍA:
CROSSAN, J. Jesús, biografía de un revolucionario, Grijalbo-Mondadori, Barcelona 1996.

 
 
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