La Iglesia sólo es Iglesia cuando sirve a los demás.
(Dietrich Bonhoeffer)
 
 
 

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Enciclopedia teológica

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El futuro del universo
José Manuel Lozano

¿Qué nos pueden decir los científicos acerca del futuro del universo? Aunque la expansión del universo parece estar decelerándose, los datos de los que disponemos actualmente son insuficientes para decidir si el universo es abierto (esto es, que continuará expandiéndose indefinidamente) o cerrado (es decir, que su expansión alcanzará un máximo, tras el cual comenzará a colapsarse). Cuál de estas dos posibilidades se realice depende de un parámetro, la densidad de materia del universo, que no puede conocerse con precisión (se piensa que existen grandes cantidades de «materia oscura», no detestable por los procedimientos que se emplean en la actualidad). El valor de este parámetro es el que determina la relación existente entre la intensidad de la explosión inicial(fuerza centrífuga) y la de la fuerza de gravedad (fuerza centrípeta).

Si la fuerza de gravedad predominara sobre el impulso inicial, el universo sería cerrado y terminaría contrayéndose hasta un tamaño extremadamente pequeño (Big Crunch), si bien entonces podría comenzar una nueva expansión y continuar así en una serie indefinida de ciclos. Esta posibilidad recuerda la visión hindú de un universo cíclico que conoce eras de destrucción y eras de creación. En una «muerte caliente» como la que acontecería en el Big Crunch, todas las estructuras actuales del universo quedarían destruidas, pero en los ciclos subsiguientes se crearían nuevas estructuras. La segunda ley de la termodinámica parece implicar un «desgaste» gradual en los ciclos sucesivos, pero no está claro si dicha ley puede ser aplicada en los períodos que separan a los distintos ciclos. La actual fase de expansión se prolongará al menos cien mil millones de años, si bien nuestro sol probablemente no durará más allá de cinco o diez mil millones de años. Es un futuro increíblemente extenso en compa-ración con el medio millón de años que llevamos existiendo los seres humanos, pero no es infinito. Si fuera el impulso inicial el que prevaleciera, el universo sería abierto y continuaría expandiéndose y enfriándose indefinidamente, pero a un ritmo decreciente. Normalmente se ha dado por supuesto que esto provocaría una «muerte por congelación» de todo vida existente a medida que las temperaturas continuaran descendiendo. No obstante, algunos científicos opinan que la vida sería capaz de adaptarse a estas nuevas y extremas condiciones.

La solución a tanto enigma, en unos cuantos miles de millones de años. O quizá los científicos logren darnos algunas pistas en un plazo mucho más breve.

 
 
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