Un símbolo religioso no se basa en creencia alguna, Y sólo donde hay una creencia hay error
(Ludwig Wittgenstein)
 
 
 

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2009 - 2010 HISTORIA DE LA IGLESIA. PROGRAMA

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Escuela Teológica Fernando Parra

Dice el Apocalipsis (12), que tras ser vencido el dragón que la amenazaba, la mujer en cinta, ya con dolores de parto, fue llevada al desierto, donde aun tuvo que ser alimentada durante un tiempo. Esto ocurre en medio del drama que, el libro de la Revelación, cuenta para mostrarnos las penurias históricas que la Iglesia estaba pasando bajo las persecuciones, en tiempos de los emperadores romanos anteriores a Constantino. Pero, ese drama no se refiere sólo a una época, es consustancial a la Iglesia. Por un lado le pertenece a la Iglesia la tensión permanente con las estructuras de poder de este mundo. Por otra parte, y ello no es menos dramático, también le es propia a la Iglesia, por su inherente humanidad e historicidad, la interna incoherencia que, atravesada por el pecado, la lleva una y otra vez de vuelta a la ley, la apresa en el círculo vicioso de las infidelidades a su origen en Jesús y la servidumbre a las imposiciones de ese pecado: ambición, miedo, riquezas…

También dice el Apocalipsis (21) que del cielo bajará la Jerusalén victoriosa, la de las doce puertas, la que no necesita templo porque lo es ya el cordero que da su sangre para que nada se pierda. Esta esperanza no se queda alejada entre las nubes de la profecía apocalíptica. Mucho de esa celeste convivencia en torno a la vida entregada de Jesús de Nazaret, se puede palpar en los mártires, en los que día a día viven su fe y lo hace con caridad y mucha perseverancia.

Mientras tanto, la Iglesia, a lo largo de su historia, que no es un mero camino por la que ella avanza, sino que se le pega, como las cicatrices a su rostro, permanece entre el desierto en el que sobrevive y el cielo que aguarda.

  • Donde dos o más se reúnen, allí hay conflicto. El Concilio de Jerusalén. [Tere Escudero]
  • De las catacumbas al palacio imperial. El edicto de Milán [Ramónn Carrilero]  
  • Dos orillas de un mismo mar.El cisma de Oriente [Javier Avilés]
  • La dama pobreza salva a la señora Iglesia. Las órdenes mendicantes [Javier Mendoza]
  • El vino nuevo sigue rompiendo los odres viejos.La Reforma protestante [Cande]
  • ¡Vaya que si se mueve!, y no sólo la Tierra. Galileo y la nueva ciencia [Antonio Carrascosa]
  • La mala digestión de la modernidad. La crisis modernista [Encarna Quílez]
  • El Espíritu sopla donde quiere. El concilio Vaticano II [Cati Villena]

 
 
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