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Huerto eres cerrado, hermana mía, novia,
huerto cerrado, fuente sellada.
Tus brotes, un paraíso de granados,
con frutos exquisitos: nardo y azafrán,
caña aromática y canela,
con todos los árboles de incienso, mirra y áloe,
con los mejores bálsamos.
¡Fuente de los huertos, pozo de aguas vivas,
corrientes que del Líbano fluyen!
¡Levántate cierzo, ábrego, ven!
¡Soplad en mi huerto, que exhale sus aromas!
¡Entre mi amado en su huerto
y coma sus frutos exquisitos!
(Cant 4, 12-16)
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